La exposición
- On 16 October 2019
Florencia,
Complejo de Santa María Novella
del 13 de septiembre al 15 de diciembre de 2019
Comisarios: Fritjof Capra, Stefano Mancuso, Valentino Mercati.
La exposición está patrocinada por el Ayuntamiento de Florencia, y ha sido ideada y realizada por Aboca con la coordinación científica y la organización de MUS.E.
Venid, hombres, a contemplar los milagros
que se descubren en la naturaleza mediante tales estudios.
(Leonardo da Vinci, Códice Madrid I, f.6r)
Los
estudios y la intuición de Leonardo da Vinci sobre las formas y las estructuras
del mundo vegetal,
protagonistas de una exposición en el corazón de Florencia.
Un
viaje por folios originales, elementos naturales e instalaciones interactivas
que brindan la oportunidad de reflexionar sobre la evolución científica y la
sostenibilidad medioambiental.
En el punto más álgido de las celebraciones leonardianas, el viernes 13 de septiembre se inaugurará en Florencia The Botany of Leonardo, una gran exposición que ahonda en los estudios botánicos de Leonardo da Vinci, poco conocidos a pesar de la enorme fama del genio toscano. Pero, sobre todo, aborda en detalle su pensamiento científico «universal», repleto de implicaciones para la comunidad científica actual, obligada a reinterpretar en profundidad la relación entre el ser humano y la naturaleza.
La exposición, con tablas originales, instalaciones interactivas y plantas reales, se compone de un apasionante recorrido por las intuiciones y las innovaciones de un pensamiento «sistémico», capaz de combinar arte y ciencia, y de considerar la vida y la naturaleza (incluido el ser humano) como un ente único en el que todo está conectado y en movimiento.
La exposición, que se ubica en los sugerentes espacios del Complejo monumental de Santa María Novela (el Dormitorio y el Claustro Grande), ilustra y profundiza en los hallazgos botánicos de Leonardo (por ejemplo, fue él quien comprendió la relación entre los anillos del tronco de un árbol y su edad), y nos guía por una extraordinaria secuencia de diseños suyos con detalles, hojas y plantas. Sobre todo, enseña y demuestra que para Leonardo el arte y la ciencia eran indisociables: el conocimiento científico no era únicamente descriptivo, del mismo modo que la pintura no se podía limitar al aspecto estético. Todo ello abordado desde una perspectiva «sistémica» que se interrogaba –y que sigue interrogándonos siglos después– sobre el complejo sistema de relaciones entre ser humano y naturaleza.
Un pensamiento que se refleja también en el montaje de la exposición, cuya inauguración tendrá lugar en el majestuoso Claustro Grande con cinco monumentales poliedros regulares, diseñados por Leonardo para ilustrar el «De Divina Proportione» de Luca Pacioli, y que simbolizan no solo la armonía y la perfección de las formas, sino también la complejidad y el misterio del mundo. Las figuras están acompañadas por una hilera de plantas auténticas seleccionadas a partir de las dibujadas o citadas por Leonardo en sus escritos, que se entrelazan con una introducción sobre el renacimiento filosófico, artístico y técnico de la Florencia de la segunda mitad del Quattrocento. Con este escenario se esboza la complejidad del pensamiento de Leonardo en relación con los procesos y las técnicas alquímicas, cuyas grandes posibilidades explora «estando en la naturaleza». En su interior, la exposición propone una experiencia mágica entre árboles, hojas y entramados que evocan, mediante un juego entre lo real y lo virtual, la decoración leonardiana de la Sala delle Asse de Milán. El itinerario continúa en el Dormitorio, organizado como si fuera un organismo vegetal con varias secciones: el lenguaje digital y multimedia es un recurso constante que ofrece la posibilidad de apreciar de forma espectacular la obra leonardiana —sus diseños, sus pinturas, sus escritos— y de vivir desde un punto de vista interactivo y contemporáneo algunas de sus intuiciones más relevantes en el terreno de la botánica. En este campo, los estudios sobre dendrocronología permiten vivir la historia de la humanidad y sus grandes acontecimientos a través de los anillos de los árboles; las investigaciones sobre el fototropismo o el geotropismo ofrecen la increíble oportunidad de captar, en directo, la forma que la naturaleza tiene de adaptarse y relacionarse con el medioambiente; las reglas de la filotaxis y la teoría de la constancia de los flujos en el interior de un árbol (que no en vano recibe el nombre de «principio de Leonardo») se convierten en una instalación dinámica que permite, mejor que muchas palabras, comprender sus parámetros. Continuamos la visita explorando el mundo botánico leonardiano: la anatomía vegetal analizada por el genio florentino, que era capaz de captar y de transmitir los detalles más insignificantes de una flor, de una rama o de una hoja, entra en escena con obras contemporáneas, mientras que los maravillosos detalles botánicos incluidos en sus famosos cuadros —tan realistas que se podrían definir como «retratos de plantas»— se exponen al público para iniciar también un camino de vuelta al origen de los pigmentos vegetales utilizados. El itinerario, acompañado por tres preciosos folios originales del Códice Atlántico de la Veneranda Biblioteca Ambrosiana (f.197v, f.663r, f.713r), concluye con una reinterpretación del famoso Hombre de Vitruvio, que sirve de punto de partida para reflexionar sobre los equilibrios entre el ser humano y la naturaleza, y con una extraordinaria instalación dedicada a las interconexiones entre todos los elementos del sistema vivo, bien conocidas por Leonardo pero que actualmente suelen caer en el olvido.
«En los últimos años, Florencia ha rendido homenaje al genio de da Vinci con varias exposiciones que han analizado distintos puntos de vista», afirma el alcalde Dario Nardella. «Las galerías de los Uffizi trajeron a la ciudad el Códice Leicester; el Palazzo Strozzi dedicó su exposición principal del año al maestro de Leonardo, Verrocchio; el Palazzo Vecchio profundizó en el vínculo de Leonardo con Florencia, la principal ciudad en la que se formó y realizó obras maestras con una selección de folios del Códice Atlántico. Cerramos el año leonardiano afrontando otro aspecto, a saber, sus intuiciones de relevancia absoluta en la historia de la botánica, surgidas gracias a su perspicaz espíritu de observación y a su continua actividad experimental, que esbozan una visión dinámica de la ciencia, llena de referencias incluso para la época contemporánea».
«Reinterpretar hoy al Leonardo pensador sistémico, que poseía una comprensión profunda del mundo natural y de las relaciones entre todas las formas de vida, es una forma universal de llevar la atención a las propiedades de los complejos naturales y de comprobar científicamente lo que para el genio era solo una intuición», comenta Massimo Mercati, director general de Aboca.
«Estamos contentos de haber podido participar en un proyecto tan ambicioso y visionario. Es una exposición realmente apasionante que combina numerosos lenguajes y niveles de lectura», afirma Matteo Spanò, presidente de MUS.E. Y añade: «Se trata de una oportunidad muy valiosa para presentar al público un aspecto poco conocido del pensamiento de Leonardo y fomentar un cambio de ritmo en el modo de concebir la relación entre el ser humano, el medioambiente y todo el planeta».
Los curadores de la muestra son Stefano Mancuso, una de las máximas autoridades mundiales en el ámbito de la neurobiología vegetal; Fritjof Capra, físico y teórico de los sistemas y estudioso de Leonardo da Vinci; y Valentino Mercati, fundador y presidente di Aboca.
La coordinación científica ha sido llevada a cabo por Valentina Zucchi, de MUS.E. La organización ha corrido a cargo de Aboca y MUS.E.
The Botany of Leonardo ha sido ideada y realizada por Aboca, una empresa médica toscana que se dedica al cuidado de la salud con productos 100 % naturales que respetan el organismo y el medioambiente. Aboca es una Benefit Corporation, con un compromiso constante por el bien común.
La información completa está disponible en www.labotanicadileonardo.it.
Los eventos, las visitas guiadas y las actividades.
Con motivo de la inauguración y durante todo el periodo de la exposición se propondrá al público un programa de encuentros para ahondar en el pensamiento de Leonardo desde una perspectiva contemporánea. Un calendario lleno de citas en Florencia y en distintas ciudades italianas, en las que estudiosos y filósofos (entre los que se encuentran Giulio Giorello y Massimo Recalcati) reflexionarán juntos sobre la extraordinaria obra de Leonardo da Vinci, entrelazando el pensamiento sistémico que este sugirió hace quinientos años con los conocimientos actuales.
La exposición ofrece también otras formas de conocer a Leonardo aptas para todos los públicos, familias y niños: Paseos botánicos leonardianos, visitas por Florencia con botanistas de Aboca en busca de las plantas de «Leonardo», que viven y resisten hoy entre el cemento y el asfalto, además de talleres didácticos —Leonardo los hacía de todo tipo— para que los niños descubran su espíritu de gran experimentador.
Durante todo el periodo de la exposición también estarán disponibles a diario visitas guiadas en italiano e inglés, tanto para particulares (lun-mar-mié-jue-vie-sab 10:30 y 12:00 horas; vie-dom 14:30 y 16:00 horas) como para los colegios, a cargo de MUS.E.
Para conocer el calendario completo y la forma de participar en todas las actividades, visitar la web https://www.labotanicadileonardo.it/eventi-a-firenze/.
Información.
The Botany of Leonardo. Hacia una nueva ciencia entre Arte y Naturaleza.
13 de septiembre – 15 de diciembre de 2019
Complejo de Santa María Novella, doble acceso por Piazza della Stazione 4 / Piazza Santa María Novella (Basílica)
ENTRADAS:
Conjunta Exposición + Complejo de Santa Maria Novella
General 10,00 € – Reducida 7,50 € (11-18 años)
Gratuita para los residentes en el municipio de Florencia (previa acreditación con documento de identidad), niños menores de 11 años (no cumplidos).
Visitas guiadas disponibles en italiano e inglés con reserva
General 5,00 €
Reducida 2,50 € (residentes Ciudad Metropolitana de Florencia)
HORARIOS DE LA EXPOSICIÓN:
Septiembre
De lunes a jueves: 9:00 – 19:00
Viernes: 11:00 – 19:00
Sábado: 9:00 – 17:30
Domingo: 12:00 – 17:30
Octubre – Diciembre
De lunes a jueves: 9:00 – 17:30
Viernes: 11:00 – 17:30
Sábado: 9:00 – 17:30
Domingo: 13:00 – 17:30
Última entrada y cierre de la taquilla 45 minutos antes del horario de cierre.
Días especiales
Sábado y víspera de festividades religiosas: 9:00 – 17:30
Domingo y festividades religiosas: 13:00 – 17:30
INFORMACIÓN Y RESERVAS DE VISITAS:
MUS.E Firenze
Para particulares:
+39 055 2768558 / +39 055 2768224
info@muse.comune.fi.it
De lunes a sábado 9:30-13:00 y 14:00-17:00. Domingos y festivos 9:30-12:30
Para colegios:
Tel. +39 055 2616788
didattica@muse.comune.fi.it
De lunes a viernes 9:30-13:00 / 14:00-16:30
ANÁLISIS
La botánica.
«La naturaleza ha dispuesto las hojas de las últimas ramas de muchas plantas, de forma tal que la sexta hoja esté siempre sobre la primera, y así sucesivamente, si nada impide la regla».
Ms. G, f.16v
De los maravillosos dibujos de Windsor a los delicados bocetos de sus cuadernos; de los apuntes sobre la morfología y la fisiología botánica a la disertación específica en el Libro de la Pintura; de la representación precisa en sus cuadros a las reflexiones comparadas entre las distintas especies vivas: las pistas que nos ha dejado Leonardo de su interés por el mundo vegetal son múltiples y ofrecen un punto de vista inédito tanto de su pensamiento como de su herencia.
Las investigaciones de Leonardo sobre el mundo vegetal son numerosas, se dedica a ellas durante toda su vida y reflejan el enfoque científico propio de él; un enfoque mediante el cual la observación atenta de las formas y la verificación experimental de los datos se entrelazan con las investigaciones sobre las estructuras, los procesos, los esquemas y los modelos de crecimiento, en un intento de identificar reglas ciertas, pero también analogías o diferencias entre las distintas especies o los distintos ámbitos. De hecho, Leonardo investiga tanto las formas orgánicas y los esquemas de las plantas como los procesos de metabolismo y crecimiento, lo cual delinea relevantes intuiciones en el campo de la botánica, bien en la rama de la morfología, bien en la de la fisiología. Entre sus observaciones, destacan: la filotaxis, es decir, el conjunto de reglas que rigen la disposición de las hojas en una rama; los flujos del omore, la linfa vital que la nutre, distribuidos según una ley de constancia que no en vano recibe el nombre de «principio de Leonardo»; el geotropismo y el fototropismo, fenómenos que ahondan en el modo en que las plantas responden a las leyes de la gravedad y a la presencia de la luz; la dendrocronología y la dendroclimatología, que correlacionan el número y las características de los anillos concéntricos de crecimiento de un árbol con el tiempo cronológico y atmosférico.
El arte.
«La pintura abraza todas las formas de la naturaleza». (Cód. Urb. Lat. 1270, f.8v).
Leonardo da Vinci tenía una capacidad de observación y una memoria visual extraordinarias. Conseguía dibujar los torbellinos complejos de aguas turbulentas, los movimientos rápidos de un pájaro, la forma y el crecimiento de las plantas. Era muy consciente de este talento excepcional y consideraba la vista como su instrumento principal, tanto para la pintura como para la ciencia. El enfoque que aplicaba Leonardo al conocimiento científico era visual. Leonardo destaca en repetidas ocasiones la relación estrecha entre la representación artística de las formas naturales y la comprensión intelectual de su naturaleza interior y de los principios subyacentes. Para Leonardo el diseño era el medio perfecto para expresar sus modelos conceptuales, un tipo de «matemática» perfecta para su ciencia de las formas orgánicas. Leonardo consideraba la pintura como la más alta síntesis entre arte y ciencia, una ciencia de formas naturales, es decir, una ciencia de las cualidades, muy distinta de la futura ciencia mecanicista de Galileo Galilei, René Descartes e Isaac Newton.
La exposición ofrece una nueva oportunidad de apreciar la sabiduría de la vista y de las manos de Leonardo con respecto al mundo vegetal, que el artista observa con atención, analizando cada uno de sus detalles y devolviendo la verdad de una representación absolutamente realista. Leonardo renuncia a la representación estereotipada para describir visualmente las plantas, las hojas, las flores y las frutas tal y como son. Sus obras, expresiones artísticas muy elevadas y que suponen un conjunto de herramientas de investigación científica, nos muestran por qué su ciencia no se puede comprender sin su arte, ni su arte sin su ciencia.
La ciencia.
“[…] Antes de avanzar en una investigación haré alguna experiencia, pues mi intención es alegar, ante todo, la experiencia, y demostrar luego, con el razonamiento, por qué tal experiencia ha de operar de tal modo; y esta es la regla verdadera, según la cual han de proceder los observadores de los efectos naturales».
Ms. E, f.55r
En la Florencia renacentista, la ciencia, en el sentido moderno del término, es decir, un método empírico para adquirir conocimientos sobre el mundo natural, no existía. El conocimiento de los fenómenos naturales aún estaba fuertemente influenciado por los estudios de los antiguos —en primer lugar, Aristóteles— y de la escolástica medieval. Leonardo renovó radicalmente esta tradición.
Cien años antes de Galileo Galilei y Francis Bacon, Leonardo desarrolla un nuevo enfoque empírico que incluye la observación sistemática de la naturaleza, el razonamiento y la matemática, es decir, las principales características de lo que hoy se conoce como método científico.
La ciencia de Leonardo es una ciencia de formas vivas, modelada y transformada continuamente por procesos innatos. Durante toda su vida observa, estudia y representa las rocas y los sedimentos de la tierra, forjados por el tiempo; la forma y el crecimiento de las plantas, modeladas por su metabolismo; la anatomía de los animales y de los hombres en su dinamismo y en su evolución. En un plano más profundo, intenta comprender la naturaleza de la vida: una naturaleza de la vida que hoy, tras haber sido definida en términos de células y moléculas, vuelve a ser objeto de investigación en cuando a los procesos de transformación y los modelos de organización.
Leonardo también estudia los procesos alquímicos como una nueva ciencia que hay que incluir en las leyes de la naturaleza. Despreciando a aquellos que intentan en vano sustituirla y romper sus leyes, Leonardo invita a conocer y experimentar las técnicas de la alquimia «estando en la naturaleza»: los seres humanos, al respetar los fundamentos de la naturaleza y sus variedades infinitas, pueden trabajar en la combinación y en el desarrollo de sus procesos gracias a sus propios instrumentos, por lo que alcanzan resultados útiles y eficaces (se opone al pensamiento de Paracelso, 1493-1541, a quien se puede atribuir el inicio del reduccionismo).
El pensamiento sistémico.
«Podremos, pues, decir que la tierra tiene alma vegetativa y que su carne es el suelo, sus huesos los órdenes y agregaciones de las rocas que forman sus montañas, sus tendones las tobas, su sangre son las venas del agua; podremos igualmente decir que al lago de la sangre que rodea el corazón corresponde el mar del océano; que a la respiración […] corresponde el flujo y reflujo del mar; que el calor del alma del mundo es el fuego oculto en su interior […]».
Cód. Leicester, f.34r
Leonardo da Vinci era lo que en el lenguaje científico de hoy se llamaría pensador sistémico. Para Leonardo, comprender un fenómeno significaba establecer una relación con otros fenómenos mediante una similitud de esquemas.
La observación y el estudio del mundo vegetal se enmarcan en una reflexión general y sistémica. Para Leonardo, la naturaleza en su totalidad es un ente vivo, con semejanzas entre procesos, estructuras y esquemas. Las manifestaciones del mundo natural, que hoy se estudian en distintas ramas de la ciencia como la geología, la biología, la dinámica de los fluidos, la botánica y la ecología, son hilos de un único tejido en su pensamiento, con profundas analogías con el cuerpo humano.
Leonardo no investigó las posibilidades infinitas de la ciencia y de la técnica para dominar la naturaleza. Si bien no siempre comprendía sus mecanismos y sus razones, sentía un respeto profundo por su complejidad y estuvo convencido siempre de que la inteligencia de la naturaleza era superior a la del ser humano e intuyó la sabiduría que reside en respetar la naturaleza y aprender de ella. Se trata de una ecología profunda, que considera que el mundo está interconectado y es interdependiente, por lo que se reconoce el valor intrínseco de todos los seres vivos.
Por ese motivo, la herencia de Leonardo sigue siendo muy relevante: mientras que nuestras creencias y nuestras tecnologías han restringido de forma sorprendente sus ámbitos de investigación y de acción, Leonardo nos invita a recuperar una perspectiva interdisciplinar, a mirar de forma unitaria las facetas de la naturaleza, a asumir una actitud que se centra en la complejidad: en resumen, nos invita a «hacernos universales».
Lo que necesitamos hoy es exactamente el pensamiento que Leonardo da Vinci trazó hace quinientos años.
Los poliedros.
Uno de los diseños más famosos de Leonardo muestra el cuerpo humano armoniosamente representado dentro de un círculo y un cuadrado. Leonardo retoma el estudio de las proporciones elaboradas por Marco Vitruvio Pollione en la época clásica, deteniéndose en las relaciones equilibradas del mundo natural, representado en este caso por el ser humano.
El símbolo de la exposición, un dodecaedro en cuyo interior figura un árbol de morera, juega con la idea de que el árbol ocupa el lugar del hombre en el centro de la armonía natural. La Morera (Morus Alba L.) es una de las plantas más apreciadas por Leonardo, que la representó, como tema único, en la Sala delle Asse del Castillo Sforzesco de Milán.
Además de haber organizado una serie de eventos relacionados, la ciudad de Florencia se ha volcado en la exposición «The Botany of Leonardo» con la instalación en el Claustro Grande de Santa María Novella y en algunas plazas de la ciudad de cinco figuras geométricas que, para los antiguos griegos y los neoplatónicos, representaban los elementos del cosmos: el hexaedro para la tierra, el icosaedro para el agua, el octaedro para el aire, el tetraedro para el fuego y, efectivamente, el dodecaedro como síntesis y símbolo del universo completo. Leonardo diseñó los poliedros para el manuscrito De Divina Proportione de Luca Pacioli. Gracias a esta fecunda práctica, Leonardo desarrolla a lo largo de los años profundas reflexiones sobre aritmética, las proporciones y la geometría euclidiana, elementos que componen el mundo, adoptando una visión sistémica que entrelaza ciencia, filosofía y arte.
Por lo tanto, las figuras regulares se presentan todavía hoy como símbolos no solo de armonía y de perfección formal, sino también de la complejidad y el misterio del universo y, por lo tanto, de nuestro conocimiento.
Aboca y Leonardo
La relación entre el ser humano y la naturaleza ocupa un lugar central en los estudios de Leonardo, así como en la investigación que lleva realizando Aboca desde sus inicios. Hace más de cuarenta años, nace Aboca con el proyecto de comprender las plantas medicinales y ahondar en los fundamentos científicos de su uso para la salud del ser humano, respetando por completo el medioambiente.
El pensamiento de Aboca se basa en la comprensión de una simbiosis que sitúa como punto central el sistema de relaciones entre el ser humano y el medioambiente. Este mismo pensamiento se encuentra de forma sorprendente en la obra de Leonardo que, hace más de 500 años, se hacía las mismas preguntas marcando un camino que aún hoy parece coherente y actual.
Leonardo intentaba comprender la naturaleza de la vida: una naturaleza que hoy, tras haber sido definida en elementos individuales, células y moléculas, vuelve a ser objeto de investigación en cuanto a los procesos de transformación y a los esquemas de organización. Esto es lo que Leonardo exploró a lo largo de su vida, curioso e impresionado por la infinita variedad y diversidad de formas vivas. Por eso, su botánica es el ejemplo más concreto de una investigación que, a caballo entre arte y naturaleza, sienta las bases para desarrollar una nueva ciencia de las cualidades, en la que toman forma intuiciones que aún hoy son capaces de abrir un nuevo camino al progreso de la humanidad.
La visión sistémica de Leonardo, gracias a la evolución de la investigación científica y a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, es una valiosa herramienta para observar y reinterpretar nuestra época contemporánea y nos ayuda a tomar conciencia del lugar del ser humano en el mundo y de las grandes oportunidades que se derivan de un nuevo modo de pensar en la relación entre ciencia y naturaleza, sobre todo para la salud.
De hecho, los principios de la biología de sistemas y de la «systems medicine» nos explican que el organismo humano es una red compleja de relaciones entre órganos, células, moléculas, interconectadas entre sí y con el medioambiente. Esta complejidad encuentra su equivalente en la complejidad de la naturaleza y, por eso, podemos hallar en ella las respuestas a nuestros males. De hecho, solo las sustancias complejas pueden responder a las necesidades complejas del organismo respetando nuestra fisiología y el entorno en el que vivimos. Por lo tanto, para Aboca reinterpretar en Florencia al Leonardo pensador sistémico y ecológico, que sentía un profundo respeto por el mundo natural, por todas las formas de vida y por las relaciones entre ellas, significa dar vida a un nuevo Renacimiento en el que el hombre es siempre el punto central de todas las cuestiones, pero no como dominador, sino como parte de un universo armónico desde una perspectiva de desarrollo realmente sostenible.
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